12 Tipos de personas que te puedes encontrar en una oficina
Hay veces que nuestra oficina se puede convertir en un mundo especial totalmente independiente y alejado de todo lo demás. En él pasamos habitualmente ocho horas al día, cuando no alguna más, y nos encontramos con todo tipo de personas, con las que a lo largo de los años creamos vínculos de amistad, de odio, de rechazo, o a las que tratamos como si fueran otra parte más del mobiliario de oficina.
¿Cuál es el compañero de trabajo más extraño que te has encontrado? ¿Y el más agradable? A continuación te presentamos doce tipos de perfiles distintos en clave de humor, con un tono sarcástico a veces y otras veces con un tono algo más serio, pero que seguro que te has encontrado en algún momento de tu vida laboral.
El bocazas o chismoso: Una oficina no puede existir sin él. Siempre está enterado de las últimas novedades en la vida privada de sus compañeros y si no hay nada interesante, se lo inventan. Son los encargados oficiales de hacer circular secretos a voces y cuando sucede lo predicho, se hinchan como un globo lleno de orgullo.
El que siempre está comiendo: Todos hemos tenido sentado a nuestro lado un compañero comilón. Se distinguen porque su cajón está lleno de comida para picar entre horas y su mesa de oficina está llena de migas. La versión extrema de este perfil suele entregar la documentación con gotitas de café o con manchas de grasa.
El chistoso o payaso: La parte buena es que hacen reír a toda la oficina y ayudan a crear un ambiente agradable y distendido. La parte mala es que a veces se comportan como niños hasta que encuentran algo que los motive, y son difíciles de soportar.
El líder: Toda oficina que se precie debe tener un líder guapo, amable, deportista y con una sonrisa continua. Se caracterizan por vestir bien y querer dar buena impresión, ya que su fin único en la vida es ser el centro de atención. Temen perder el control y el poder. Piensa que su forma de hacer las cosas es la mejor sin tener en cuenta nada ni a nadie.
El empleado descontento y arisco: Es un malhumorado eterno. Nunca sonríe, crea mal ambiente y está todo el día quejándose y criticando a la organización. Suelen llegar tarde a la oficina inventando excusas cada vez menos creíbles.
El informático: Sea del sector que sea nuestra oficina siempre hay un compañero informático, o eso dice él. Todo el mundo recurre a él cuando su ordenador no funciona o cuando se estropea la impresora. La mayoría de las veces no soluciona el problema pero se ha ido creando una reputación a lo largo de los años que no puede echar a perder.
El oportunista o manipulador: Creen que todo gira alrededor de él. Suelen ser agradables aunque malvados. Constantemente quieren sacar provecho de la situación y ventaja sobre sus compañeros. Siempre están del lado que les conviene y nunca tienen la culpa de nada. Son especialistas en darle la vuelta a la situación para salir bien parados.
El que sabe más que nadie: Se sienten siempre dueños de la verdad absoluta. Son unos expertos en cualquier tema, de todo opinan y todo lo saben. Sienten una gran necesidad de demostrar lo que saben, y si no, se lo inventan. Siempre quieren quedar por encima de los demás demostrando que son personas instruidas.
El que solo va a trabajar: Su máxima es mantener separada su vida personal de su vida profesional. Llegan a la oficina, realizan su trabajo discretamente, y se van a casa sin tener ningún otro tipo de relación. No quieren darse a notar, pasan totalmente desapercibidos y pocos saben que existen.
El trabajador feliz: Apasionado por su trabajo. Le encanta lo que hace y pone toda su alma en ello. Cada mañana se levanta deseando llegar a la oficina y nunca tiene prisa por irse. Desgraciadamente, este tipo de empleado no existe en todas las oficinas.
El pelota: Suelen ser personas inseguras cuya labor principal en la oficina es adular a los que tienen que decidir su futuro. Su meta es llegar a lo más alto sin importarles quien caiga. Siempre atentos para sacar beneficio de lo que no es suyo apropiándose de méritos colectivos.
El jefe: Pues eso, el jefe es el jefe…
Y tú, ¿Con qué perfil te identificas más?